julio 22, 2011

Apoyo de escritores a los estudiantes chilenos / Página 12 (22-07-2011)

Viernes, 22 de julio de 2011


MAS DE TRESCIENTOS INTELECTUALES ADHIRIERON A LOS RECLAMOS QUE LLEVAN ADELANTE LOS JOVENES POR UN CAMBIO EDUCATIVO

Apoyo de escritores a los estudiantes chilenos

“Que el Estado garantice la educación como un derecho social y que asuma el deber de entregarla con gratuidad, equidad y calidad” exigen los autores en un manifiesto. El gobierno de Piñera no ha dado respuestas estructurales.

Por Christian Palma
Desde Santiago


La causa estudiantil secundaria y universitaria chilena, que ya lleva casi seis semanas de tomas y movilizaciones, ha concitado la adhesión de buena parte de la ciudadanía y ha recibido el respaldo de líderes de opinión: rostros televisivos, artistas, trabajadores y gente común y corriente. Pero ahora un hecho histórico se suma a las demandas. El apoyo brindado por más de 300 escritores chilenos y extranjeros da más peso a las reivindicaciones estudiantiles por más que la mano –metafóricamente hablando– venga de las plumas. Pero vaya qué plumas.

“Es hora de dejar la hoja a medio escribir. Apartar el teclado. Cerrar las conexiones. Pararnos de nuestras sillas y dejar la impresora trabajando si hace falta. Todo para sumarnos a las demandas de los estudiantes chilenos por una educación de excelencia y de vocación igualitaria”, sentencia la primera parte de un manifiesto que desde el sábado se propaga por las redes sociales.  
 


Un grupo de estudiantes está en huelga de hambre en el Liceo Darío Salas, de Santiago.
Imagen: EFE

La escritora chilena Eugenia Prado (autora de Objetos del silencio), una de las gestoras de la iniciativa (junto a Lina Meruane, que está en EE.UU., Cynthia Rimsky, Andrea Jeftánovic, Cherie Zalaquet y Beatriz García Huidobro), explicó a Página/12 que, con un grupo de narradoras, tanto en su país como en el extranjero, comenzaron a invitar a la gente ligada a las letras a sumarse a la causa estudiantil. “En dos días teníamos más de 200 firmantes”, dice al otro lado del teléfono.

“Los estudiantes son nuestra vanguardia. Saben y nos hacen saber que la educación no debe seguir segregando a los chilenos. Entienden que para evitarlo, la educación debe dejar de ser un objeto de lujo y del lucro de algunos en perjuicio de otros. Debe dejar de ser un negocio cuya rentabilidad sea regulada por el mezquino mercado”, añade la declaración firmada por algunos escritores latinaomericanos de renombre, como Georges Aguayo, Isabel Allende (Premio Nacional de Literatura), Rodrigo Morales, Marina Arrate, Armando Arteaga, Ana Becciú, Diana Bellessi, Adriano Corrales, Poli Délano, Diamela Eltit (Premio José Donoso), Francisco Garamona, John Hassett, Raúl Zurita (Premio Nacional de Literatura) y Josefina Ludmer, por citar algunos nombres.

“Fue algo espontáneo, mientras veíamos la forma de crear equipos de trabajo para ayudar, para que los chicos no se sientan solos. Si ellos, que son las estrellas de este movimiento, deciden seguir presionando, ahí estaremos. Esto es algo muy poderoso, con gente apoyando de muchos países, con mucha solidaridad”, agrega Eugenia Prado, quien además ha recibido las adhesiones en la cuenta a palabra@vtr.net.

“Los estudiantes exigen algo justo, un derecho del que gozaron nuestros abuelos, nuestros padres: que el Estado garantice la educación como un derecho social y que asuma el deber de entregarla con gratuidad, equidad y calidad”, agrega el manifiesto.

En Chile, el modelo educativo actual proviene de los años de la dictadura de Augusto Pinochet, cuando se permitió el ingreso de universidades privadas al sistema y los colegios secundarios fueron trasladados desde el gobierno central a las municipalidades comunales.

El lucro en la educación, los onerosos intereses de los créditos universitarios o las diferencias entre la calidad que reciben los que pueden estudiar en colegios pagados versus los municipales son los principales reclamos de los jóvenes. En 2006, un movimiento similar denominado Revolución Pingüina modificó en parte el sistema. Pero a todas luces no fue suficiente.

El movimiento actual ya obligó al gobierno de Sebastián Piñera a remover a su ministro de Educación (esta semana Joaquín Lavín fue removido a otro ministerio y, en su cargo, quedó el ex ministro de Justicia Felipe Bulnes) y a proponer la inversión de U$S 4 mil millones para mejorar la situación educativa. Tampoco bastó.

Las movilizaciones continúan, pues los estudiantes piden cambios estructurales, mientras siguen analizando las ofertas del gobierno. Pero las cosas se han complicado más, ya que son veinte los alumnos que se han sumado a una huelga de hambre que llevan adelante estudiantes de un colegio en muy mal estado de la comuna de Buin, localidad cercana a Santiago. El gobierno, en tanto, se niega a negociar bajo ese tipo de presiones.

“Los estudiantes exigen hoy una educación que los forme no sólo como profesionales, como técnicos, como artistas, sino también como ciudadanos con pensamiento crítico para enfrentar los innumerables deberes del futuro. Son los estudiantes quienes nos están enseñando ahora a repensar las tareas que tenemos por delante para que todos los niños y niñas de hoy, los adultos de mañana, tengan los privilegios de una educación igualitaria que entre sus muros permita la paridad”, coinciden los escritores firmantes de la misiva que recorre las redes sociales en Internet.

“Ellos son el recambio y hay que apostar por él, no dejar que estudiantes enfrenten solos a viejas tácticas autoritarias sustentadas, incluso, por los medios; aquellas que buscan quebrarles la moral, ridiculizar sus legítimas aspiraciones y, en definitiva, agotar sus fuerzas y sobre todo la confianza en el futuro”, agrega la misiva.

El joven poeta Rodrigo Morales redondea la visión de sus contemporáneos: “Siempre es necesario que artistas y escritores tengan una conexión más intensa con lo único que nos debiese importar. Esto además es una instancia para reflexionar sobre otras problemáticas que nos aquejan: Sistema Binominal, Constitución del ’80, saqueos al Estado, reconstrucción, desigualdad. Es un momento para buscar instancias que nos hagan pensar en nuestra autodeterminación como comunidad”.

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